domingo, 30 de septiembre de 2012

Entradas de cine por ser la follower nº 500

¡Por fin he tenido suerte en un sorteo!, por ser la follower 500 en Twitter de Cines Ciutat he ganado dos entradas para el cine. Todo ha sucedido cuando me he encontrado con este RT en mi TL:


Así que no lo he dudado dos veces y he decidido probar suerte, pues bien: ¡la he tenido!


Para los que no sepáis qué es Cine Ciutat os contaré que es un "proyecto" que nació a raíz del cierre de los cines Renoir de Palma tras 15 años funcionando, los 8 últimos con pérdidas según comunicó la empresa hace unos meses. Una iniciativa ciudadana creó "salvem el Renoir" con una cuenta de correo electrónico a la que la gente podía escribir indicando qué estarían dispuestos a hacer por no dar el adiós definitivo al único cine palmesano con películas en versión original. Esta propuesta tuvo un éxito rotundo, tanto que la asociación Xarxa Cinema se ha hecho cargo de la recuperación del cine con la ayuda de las aportaciones económicas de l@s soci@s que se han apuntado a la iniciativa. Así, el antiguo Renoir volvió a abrir sus salas  el pasado mes de julio bajo el nombre de Cine Ciutat, y busca nuev@s soci@s que quieran apuntarse y así poder mantenerlo. Si estáis interesad@s en la iniciativa podéis encontrar más información aquí.

Cartel del nuevo cine Renoir

El 14 de julio fue la inauguración oficial de los cines en el Escorxador de Palma, se organizó una velada que contó con las actuaciones de diversos grupos musicales, entre ellos Sterlin. En su día escribí un post al respecto, os dejo el link aquí por si queréis leerlo. 

Escenario montado en s'Escorxador para la inauguración

Desde que asistí al evento me he estado planteando hacerme socia del cine, pero debido a los últimos acontecimientos y a otras prioridades lo he estado posponiendo. Así que quiero agradecerles con este post esas dos entradas que podré disfrutar en breve, aunque aún no sé qué película iré a ver... 

sábado, 29 de septiembre de 2012

Copenhague, la ciudad de las bicicletas

Continuando con la #malmonague experience que vivimos Seren y yo durante unos días en septiembre, y que ya os adelanté en un post anterior, hoy toca el turno de hablar de Copenhague, o Kobenhavn. El día 9 habíamos llegado a Malmö, y para cruzar el charco y llegar hasta Dinamarca, el día 10 por la mañana cogimos el tren desde Malmö C. (o Central Stationen de Malmö) que lleva por el puente de Örensund hasta Copenhague. El precio fue de 105 SEK (unos 12,35 €) por persona. Comprar los tickets nos resultó bastante fácil, ya que dentro de la estación hay numerosas máquinas para su compra que ofrecen información en sueco y en inglés, y el pago puede realizarse tanto en metálico como con tarjeta. Por cierto, en general en ambas ciudades puedes pagar en casi todos sitios (o al menos en todos los locales a los que nosotras entramos) con tarjeta de crédito o débito.

A la izquierda, la estación central

Antes de coger el tren fuimos a preguntar a la oficina de información que hay enfrente de la estación, y allí un jovencito sueco muy agradable y muy guapo nos dio un mapa de la ciudad y nos aclaró qué tren era el que teníamos que coger: Örensundtåg, que sale por el andén 1 o el 2 y que es de color gris. ¡Imposible perdernos!

El puente de Örensund

El problema de cruzar Örensund en tren es que se pierden muchos detalles de las fabulosas vistas, ya que los hierros del puente las tapan y además los cristales del vagón no estaban nada limpios; aun así, me quedé fascinada al ver cómo cruzábamos el mar y cómo al fondo en medio del agua había unos molinos de viento.

No sé si podéis ver los molinos al fondo
Si optáis por este transporte para ir de una ciudad a otra, fijaos bien en qué vagón entráis porque nosotras sin darnos cuenta nos metimos en el de Primera Clase, a mí  me dio la sensación de que no estaba muy bien indicado y que es fácil confundirse. Además, hay unos vagones con un cartelito de silencio en los que tengo entendido que no puedes hablar ni hacer ruido, al menos eso leí en internet antes del viaje (solo vi el cartel y la verdad es que parece que es así).

También se puede cruzar el puente en autobús: la línea es la 999, sale un poco más económico pero los horarios son más limitados.

Se tardan unos 30 minutos en llegar a Copenhague, en donde el tren hace varias paradas: el aeropuerto (Kastrup), la estación central (Kobenhavns H.), Norreport, Østerport... Nosotras nos bajamos en la estación de Norreport, bastante céntrica, que era la que más cerca nos quedaba para llegar hasta el hotel.

Bicicletas everywhere

Nada más salir a la calle, lo primero que vimos fue un montón de andamios, con respecto a esto la verdad es que tuvimos mala suerte porque había bastantes zonas de obras en la ciudad. Pero aparte de eso, lo que más me llamó la atención fue la cantidad de gente que había por la calle y las numerosas bicicletas que transitaban por allí. De hecho, he de decir que en Copenhague hay mucha cultura de la bicicleta, la ciudad está llena de parkings-bici y de carriles bici muy transitados, lo cual reduce la circulación de coches: para ser capital hay muy poco tráfico. Y ya que he sacado el tema de las bicicletas, como anécdota os puedo contar que mentalmente elaboré un lista tonta de diversas formas de morir en Copenhague, y la primera de ellas era arrollada por una bicicleta; me explico: no se cuál será su código vial, pero parece que los ciclistas tienen prioridad sobre cualquier otro vehículo o peatón. Verdad verdadera. En numerosas ocasiones estuvimos a punto de ser arrolladas por alguna bici mientras cruzábamos correctamente por algún paso. Eso sí: siempre van por su carril, no verás ningún ciclista circular por la acera. 

Curioso parking-bici en una zona residencial

Bicis de alquiler con su mapita de la ciudad

Bicicletas aparcadas en medio de la calle, muy típico
Hostal Generator

Nos alojamos en el Generator Hostel, situado en la calle Adelgade, lo cual, por cierto, nos resultó gracioso a la par de anecdótico ya que el hotel de Malmö estaba en la calle Adelgatan... Por fuera el hotel parece muy moderno, colorido y chic, pero por dentro es como un laberinto con un montón de habitaciones repartidas por 6 plantas, para acceder al ascensor y a la habitación te dan una tarjeta, y para el desayuno (si lo tienes contratado) te facilitan unas fichas verdes que parecen de parque de atracciones. Es importante que sepáis sobre este hostal que muchas de las habitaciones carecen de baño propio, hay que utilizar los comunitarios, y las que sí lo tienen, el baño es un cubículo en el que la ducha no está separada del váter y el lavabo. Además, en general las habitaciones son pequeñas y no tienen armario sino un pequeño perchero. Otra cosa a tener en cuenta: durante los 4 días que estuvimos allí no nos hicieron la habitación en ningún momento, solo pasaron el segundo día a vaciar la papelera y reponer papel de váter. 

Por lo demás, el hotel esta bien, hay que tener en cuenta que en principio solo se está allí para dormir, y la habitación por lo menos estaba bastante limpia cuando llegamos. Las pegas que le pondría son que la recepcionista era muy seca, que no te explican muy bien qué hacer con las fichas del desayuno (tienes que entregarlas en una barra que hay al fondo y te dan una bandeja para el bufé), que no te hacen la habitación (espero que haya un mínimo de días para que suban a arreglarla, porque si te quedas dos semanas...), que la ducha no está separada del resto del baño y que la señal de wifi no es muy buena (aunque al menos es gratuita).

Tiendas "hacia abajo"

Otra cosa que nos llamó la atención es que muchas tiendas están en el subsuelo, es decir, tienes que bajar unas escaleras para acceder a ellas. Hasta ahí bien, el problema es que si no vas con cien ojos mientras caminas corres el riesgo de caer por las escaleras, ya que muchos de estos locales no tienen barandilla o algún tipo de muro que te lo impida (otra forma de morir en Copenhague, por cierto).

Cuidadín con las caídas

Oh, my God, ¡qué precios!

Otro detalle que tenéis que tener muy presente si viajáis tanto a Copenhague como a cualquier ciudad nórdica son los precios elevados, para poneros un ejemplo os puedo decir que el precio medio de un café  con leche en la calle era de 30 DKK (unos 4€) y eso tirando por lo bajo, por eso yo intentaba tomarlo en el MCDonald's, donde costaba 19 DKK (2,55€), lo más barato que encontré, y a veces me los compraba envasados en un supermercado que había cerca del hotel, donde costaba 8,95 DKK (1,20€) el Capuccino o el Kafe Latte.

Cafés "Moreno", los mejores del mundo entero

Sí, ya sé que también hay un plátano en la foto, eso es porque por allí comen muchos plátanos y muchas manzanas, así que no pude evitar que me entrara la gula y participara de este sano vicio. En general, los daneses parecen llevar una dieta bastante equilibrada, de hecho apenas ves una persona gorda por la calle, lo cual me llamó la  atención, eso y el que apenas hay panaderías; supongo que no existe el culto a la bollería industrial como aquí. Lo que sí tienen es una infinidad de panes de diversos tipos, sobre todo de cereales.

Al grano: ¿qué vimos?

Esto me lo reservo para la próxima entrada, ya que no quiero hacer un testamento de este post.

domingo, 23 de septiembre de 2012

#malmonhague: de Malmö a Copenhague

Bajo el hashtag #malmonhague, Seren y yo tratamos de contar por Twitter el viaje que realizamos desde el 9 hasta el 16 de septiembre por Malmö (Suecia) y Copenhague (Dinamarca), como ya os había adelantado en un post anterior. Los que nos seguisteis ya tendréis un breve idea de cómo fue nuestra aventura durante aquellos días, pero me gustaría contar más detalladamente el día a día de la #malmonhague experience, por lo que le dedicaré varios post.

Antes del viaje, lo más importante, obviando reserva de vuelo y hotel, fue cambiar euros por coronas suecas y coronas danesas, éste para mí es el mayor inconveniente a la hora de viajar, ya que además, inevitablemente, durante la estancia en ambos países hacía conversión de coronas a euros para hacerme una idea de lo que costaba cada cosa. Y no sé si era una buena idea, ya que todo está mucho más caro que en España (claro que los sueldos son más altos) y a veces hasta nos asustábamos de los precios... A día de hoy, los cambios de moneda son, según el conversor de yahoo:

1 corona sueca (SEK) = 0,1175 € (yo redondeé a 0,12€)
1 corona danesa (DKK) = 0,1341 € (redondeé a 0,14€)

1 € = 8,513 SEK / 7,4578 DKK 

El día 9, domingo, salimos desde Palma dirección Malmö en un vuelo directo de Ryanair. La verdad es que después de que durante la semana anterior hubieran saltado varios casos de problemas con la compañía teníamos un poco de miedo, y eso que hasta el momento ni Seren ni yo hemos sufrido ningún altercado con ellos quitando lo que son los retrasos y cambios de puerta que se suelen tener con la mayoría de las compañías. Pero aparte de no tener problema alguno con Ryanair ni a la ida ni a la vuelta, fueron muy puntuales en ambos casos. El trayecto dura unos 2 h 40', partimos sobre las 17:35h del aeropuerto de Son Sant Joan y llegamos alrededor de las 20h a Sturup, Malmö.

Tardaron en poner la puerta desde donde salía el avión
Una vez en la terminal del aeropuerto de Sturup, lo primero fue buscar desde dónde salía el autobús que nos llevara a la ciudad. La verdad es que fue bastante fácil encontrarlo, se trata de unos autobuses de la compañía Flygbussarna que van a Malmö o a Lund, el trayecto a la primera es de unos 40 minutos y el precio es de 109 SEK por persona, unos 12,81 €. El lugar de salida del autobús está muy bien indicado así como también los horarios, por lo que no tuvimos problema alguno.

Llegada a la terminal del aeropuerto de Sturup, Malmö

Panel con los horarios del autobús

Una vez en Malmö, el final de trayecto era la estación central, cerca de la cual estaba nuestro hotel: el Elite Hotel Residens, situado en la calle Adelgatan y que tampoco nos fue difícil encontrar ya que me había impreso un pequeño plano de situación.

La estancia en el hotel, tanto aquella primera noche como las otras dos tras volver de Copenhague, fue muy buena: el personal excelente, las habitaciones muy equipadas y el buffet del desayuno muy variado y abundante; la única pega que le encontramos fue la mala señal de wifi en la habitación, pero es algo bastante secundario.


El baño estaba muy bien equipado

Slevin y  el servicio de café, te y chocolate cortesía del hotel


Tras dejar las cosas en la habitación 509 (Slevin incluido) y descansar unos minutos, dimos un breve paseo por el centro y cenamos unas hamburguesas en la Estación Central.

De momento no os voy a contar nada sobre Malmö, me lo reservo para una futura entrada dedicada a los tres días que pasamos tras haber estado en Copenhague. Seguid atentos al blog...

viernes, 7 de septiembre de 2012

10



El número diez ha adquirido últimamente una importancia relevante para mí. Lo puedo escribir con letras o con números pero el significado viene a ser el mismo. Diez pueden ser los días que llevo planeando durante una larga temporada y que no acabo de dar forma, y puede ser una nota que me gustaría poder ganar. 

Pero diez también es un proyecto que he ido construyendo a lo largo de mucho tiempo, y como todo proyecto, tiene sus defectos, sus momentos buenos y sus partes malas, también sus perfecciones; tiene sus parches y sus vicisitudes, tiene sus planos muy bien delineados y esos trazos que se han ido emborronando. Tiene su parte de verdad y su parte de mentira, porque la mayoría de los proyectos se van construyendo sobre la marcha y en ocasiones hacemos trampa para intentar que no se detengan. Y como suele suceder, a veces dan ganas de abandonar esa planificación, de parar un poco y replantearnos si vamos por el buen camino, pero de pronto vemos algo en los planos que nos devuelve la ilusión y las ganas de seguir construyendo, aunque con ello se modifiquen las líneas iniciales. 




Si me paro a pensar detenidamente casi da vértigo dibujar un palito y un círculo sabiendo que no se trata de simples trazos que puedan llenar un cuaderno, porque ese palo, ese círculo, en su interior guardan un sinfín de pequeños puntitos que hoy en día podrían ser píxeles, y que a lo largo del tiempo han estado rellenando una serie de huecos hasta componer una forma.


Y es que diez pueden ser los mandamientos, los minutos en los que lees una revista, la X en números romanos, el apellido de una persona, una marca de zapatos, un plan, una medida, una nota, un número compuesto, un decágono, la base del sistema decimal... Pero realmente este palo y este círculo adquieren un significado especial cuando pienso en presente, pasado y futuro.

Y es que diez son las promesas que se han ido cumpliendo. 

El año que viene serán once...




Sarah Bettens: "Fine" (del album Scream)

miércoles, 5 de septiembre de 2012

Reflexiones de una #soyrubia


No se porque, pero siempre en la vida, hay días en los que te sientes capaz de hacer cualquier cosa y con mucho ánimo y otros en los que desearías que pasara el día rápido.

Hay días en los que te sientes más animada, más ilusionada y con ganas de llegar muy lejos, y otras, en cambio, todo lo contrario.

Yo me pregunto, ¿Nuestros estados de ánimo influyen en nosotros mismos, pueden a llegar a cambiarnos el carácter y nuestra personalidad?, ¿Pueden influir en los demás de forma negativa, sirviendo como una pauta a seguir?

Si en nuestro afán por querer tener un día muy bueno, pensamos en #actitudpositiva, ¿haremos que cambie nuestro día a mejor?

Si por el contrario hemos tenido un día muy bueno, ¿puede otra persona tener la capacidad de transformarlo en malo, con solo darnos malas noticias o aportarnos algo de negatividad?

No, no se trata de ningún test, para averiguar tu grado de pesimismo u optimismo, simplemente soy yo en plan filosófica preguntándome dudas y esperando vuestras respuestas ;)

lunes, 3 de septiembre de 2012

Destino: #malmonhague

Este año cojo las vacaciones en septiembre... Bueno, vale, ya sé que llevo desde agosto de vacaciones forzosas, pero cuando una no se va de viaje a algún sitio, aunque sea a la vuelta de la esquina, parece que no son del todo vacaciones. Sí, me encanta viajar, sobre todo fuera de España, me gusta conocer sitios nuevos y patear sus calles, sentirme fuera de mi país como una guiri ávida de otro lenguaje y otro estilo de vida. Y este año más que nunca, puesto que no sé qué pasará el que viene, me apetece huir durante unos días de Españistán.
Mi destino: Malmö (Suecia) y Copenhague (Dinamarca). Aunque no os lo creáis, es de las opciones más económicas que he encontrado, aparte de que visitar Copenhague es una antigua cuenta pendiente: estuve a punto de hacer este viaje justo el año que hubo la expo de Shanghái y se llevaron la Sirenita; tuve que cambiar el destino, pero la verdad es que no me arrepiento y de hecho me hizo descubrir una de las ciudades que más me han gustado, Bratislava (Eslovaquia), y también Budapest (Hungría). En cuanto a Malmö... sobran las explicaciones, porque siempre me ha llamado mucho la atención Suecia (al principio por la música y luego por sus ciudades y su filosofía de vida), y más aún desde que estuve en Estocolmo (a donde, por cierto, espero volver algún día porque me enamoró).

Este viaje no lo voy a realizar sola: me acompañará Seren, y ambas trataremos de comentar nuestras desventuras en los países nórdicos (siempre que haya alguna red wifi disponible) bajo el hashtag:


Os invito a que nos sigáis virtualmente en este viaje cuyos preparativos ya han comenzado, y es que nos queda muy poquito para partir rumbo a Suecia y Dinamarca.





Gracias, Melissa, y gracias de antemano a todos los que gastéis un ratito de vuestro tiempo en seguirnos con este hashtag. Espero poder ofrecer a la vuelta un buen Storify...