jueves, 12 de septiembre de 2013

Una noche en el hotel rural Son Corb


El pasado mes de mayo fui invitada junto a las blogueras Neus de Vive tu cuento, Patricia de Desde el probador, y Seren de Sin título de momento, a pasar el día en el hotel boutique Son Corb, en Son Servera (Mallorca). Nuestra anfitriona, Victòria Sancho, nos recibió con gran hospitalidad y nos premió con un taller de maquillaje de la mano de Joana Mestre, un vermut junto al mirador de la Costa de los Pinos y una deliciosa comida junto a la piscina del hotel. Terminamos la jornada disfrutando de un café en el salón del hotel y charlando de nuestros blogs y nuestras cosas. Un día redondo, sin duda. [Podéis leer los post que hicieron sobre dicho encuentro bloguero Pat y Seren en sus respectivos blogs] Y para rematar la invitación, Victòria nos propuso un concurso: seleccionar nuestras tres mejores fotos del día, subirlas a Facebook y proponer que la gente nos votara; el premio: una noche en la suite del hotel.

Una de mis fotos fue la más votada (gracias desde aquí a todos los que la votaron), precisamente aquella en la que la propia Pat me sirvió de modelo (así que gracias también a ella, por supuesto).


Disfrutando del premio


El 9 de septiembre, tras pasearme por el mercado de Manacor y comer en Cala Ratjada, llegué hasta el hotel muy ilusionada por tener de nuevo la oportunidad de disfrutar tanto de las instalaciones como de las vistas. Desafortunadamente, el día estaba bastante nublado, de hecho aquella misma noche llovió, y me quedé con las ganas de darme un baño en la piscina. Pero eso es lo de menos... La suite me pareció muy confortable, está dividida en dos salas (una con el dormitorio y otra a modo de saloncito) y tiene un baño y un aseo, además consta de dos pequeños patios propios en los que podrías pasarte las horas muertas observando el paisaje y disfrutando de la tranquilidad que se respira. ¡Un lujazo pasar la noche allí!

Llama especialmente la atención en el hotel, aparte de la decoración rústica y acogedora, la cantidad de libros dispuestos tanto en los pasillos como en las habitaciones a disposición de los clientes, así como las opciones de ocio que ofrece, como por ejemplo un tablero de ajedrez encima de una mesa camilla en un lateral de la entrada. Estos detalles me parecieron condicionantes ideales e incluso tal vez platónicos (al menos en mi caso) para hacer de una relativamente larga estancia en esta casa rural una experiencia realmente inspiradora. 

Y no sólo es inspirador el hotel en sí, también lo son los alrededores. Aparte del pueblo de Son Servera se pueden visitar las playas de Cala Bona y Cala Millor, que justamente en esta época del año, en la que quedan los últimos coletazos del turismo extranjero, me parecieron muy tranquilas; pude disfrutar de un tranquilo paseo por ellas antes del anochecer, lo que resultó bastante terapéutico.


Remanso de inspiración


Al día siguiente disfruté de un variado desayuno en la terraza del hotel, que da a los jardines, y después aproveché para, de nuevo en la habitación, escribir unas cuantas líneas de la que espero sea mi próxima novela. Para que quedara constancia, aparte de las fotos, escribí sobre uno de los folios con membrete del hotel, así no se me olvidará nunca.


Antes de abandonar el hotel (muy a mi pesar, todo sea dicho) pude tener una agradable conversación con Victòria, a la que no sabía cómo agradecerle tanto la fantástica velada de blogueras en mayo como aquel formidable premio. Y por supuesto, ¡no pude irme sin firmar de nuevo en el libro de visitas!

Fotos de Son Corb


Como colofón, qué mejor descripción de las instalaciones de Son Corb que las fotografías que hice allí...

Vistas desde la suite

Uno de los porches o patios propios de la suite

Saloncito

Dormitorio

Detalles de la entrada del hotel