Cada vez que algún/a amig@ viene a Mallorca, uno de los primeros sitios a los que le llevo es al pueblo de Valldemossa y después a disfrutar de las preciosas vistas que hay camino a Deia, en concreto en el mirador de Na Foradada, en plena sierra de Tramuntana. Se trata de uno de los accidentes geográficos más conocidos de la isla: un enorme peñasco con un agujero, lo que le da el nombre de agujereada.
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Imagen desde el mirador |
Siempre he observado esta gran roca desde el mirador, y el otro día un amigo al que le gusta mucho practicar el senderismo por la sierra me propuso hacer una excursión y bajar a verla de cerca. Se tarda alrededor de hora y media en hacer el recorrido a través de un camino de piedra, es un trayecto muy sencillo y con unas vistas preciosas.
Se parte de la posesión de Son Marroig, en donde un cartel avisa de que hay que pedir permiso para poder acceder al camino.
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Hay que pedir pemiso |
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Valla que nos indica que es una propiedad privada |
Se baja bordeando la montaña. En el camino nos encontramos un par de miradores, en uno de ellos hay una mesa de piedra que al parecer mandó construir el Achiduque Luis Salvador, a unos 255 m. sobre el nivel del mar. Cuando termina la bajada se continúa por un camino ya en plano, en donde se puede contemplar una fabulosa cala de muy difícil acceso.
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Mi mochila playera posando |
A continuación hay unas escaleras de bajada al embarcadero, en este lugar nos encontramos a unos excursionistas que se habían montado un buen picnic y disfrutaban de las vistas, que sin duda eran espectaculares.
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Bajando al embarcadero |
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Vistas a medio camino |
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Escaleras de acceso |
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Un picnic muy romántico |
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Unas vistas preciosas |
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Parecía que la roca formaba caras |
Algo que nos sorprendió bastante fue encontrar que hay un restaurante allí abajo, al parecer solo abre durante la temporada alta, de hecho el dueño nos comentó que estaban a punto de cerrar. Los precios de las consumiciones me parecieron algo desorbitados (por ejemplo, un café con leche. 2,50€), pero merece la pena parar allí a tomar algo ya que las vistas desde su terraza son muy bonitas: puede verse a la perfección el agujero en la roca, algo que no se aprecia desde el embarcadero.
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A lo alto, el restaurante Na Foradada |
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Vistas desde la terraza |
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No hay que perder detalle |
Queríamos subir por la roca para ver un poco más de cerca (si se puede) el agujero, de hecho hay unas marcas de color rojo que te indican por dónde se puede subir, pero en mi caso no llevaba un calzado apropiado y no tuve muy claro ya no solo el trepar de subida sino sobre todo el cómo iba a bajar después, así que no quise arriesgarme, aunque me quedé con las ganas.
El regreso a la Finca de Son Marroig es para mí el peor tramo: el camino es de subida y la verdad es que resulta bastante cansado. Aun así, el poder seguir disfrutando de vistas tan bonitas lo hacen más llevadero, y además aquel día hubo un aliciente: nos encontramos con varios burritos que pastaban por el campo de la finca y que se acercaron a pedirnos comida, incluso se dejaron acariciar. Yo soy muy animalera, por eso me pareció un momento muy entrañable...
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Parece que la roca se funde |
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Una monada |
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Posesión con olivos y burros |
Conclusión: una excursión de vistas espectaculares y fácil de hacer.