Llevo unos días pensando en que quizás lo que nos está salvando de enloquecer en estos tiempos caóticos que nos está tocando vivir (sí, me refiero a la puñetera crisis) es el tratar de no perder las ilusiones, o los sueños, aquello por lo que pensamos que merece la pena luchar, bien sea un proyecto, una persona, un viaje, qué sé yo...
Me he dado cuenta de que en relativamente poco tiempo me he cruzado con gente que ha visto cómo su ilusión, o su sueño, se cumplía, y sinceramente eso sube bastante el ánimo. Con este tiempo de recortes, indignación, frustración, impotencia, mala economía, etc... el ver que se cumplan los sueños de alguien da un poco de esperanza. A veces me pregunto "¿seré yo la próxima?", pero está claro que sin lucha no hay victoria, aunque en ocasiones hay cosas que llegan sin que apenas las esperes...
El tweet más largo del mundo
Mi
tuitamiga Julia Comino participó hace unos meses en un concurso de Iberia que consistía en mandar un tweet dedicado a alguien hablando de la experiencia de viajar o de viajar con esa persona (ya se sabe, todo comprimido en 140 caracteres). Ella se lo dedicó a su marido, al que, por cierto, tuvo que animar a que se abriera una cuenta en Twitter para ello. El caso es que su tweet resultó ganador, y a finales de julio de este año la empresa Iberia encargó un enorme vinilo con la famosa frase y lo colocó sobre uno de sus aviones.
 |
Esto tiene que poner los pelos como escarpias |
No puedo imaginar la sensación de ver algo tuyo, incluso tu nombre, formando parte de algo así. Pero es que, además, el premio no solo era esto, sino que le regalaban dos billetes para poder viajar donde quisiera. Julia eligió Nueva York porque era el sitio a donde le habría gustado poder ir en su luna de miel, pero no se lo había podido permitir.
Así que parece un golpe de suerte: ves el concurso de Iberia, te animas a participar con un acto tan sencillo como crear un tweet y dedicárselo a alguien, aunque pienses que no tienes muchas posibilidades de ganar... y cruzas los dedos, la suerte está echada. Nunca se sabe.
Esto me recuerda que hace años conocí a un chico al que le tocó un premio de CocaCola que consistía en un viaje al Caribe para dos personas; entonces me dije "así que no todos los premios están comprados o son un tongo". Ahora he vuelto a comprobarlo...
Abrir un negocio en plena crisis
Me parecen dignas de admiración aquellas personas que se han aventurado a abrir un negocio, cualquiera que sea, en plena tormenta y caos económico. ¿Valientes, o locos? Para mí, lo primero, pero seguramente habrán tenido que soportar cómo mucha gente les ha llamado locxs por querer emprender esa aventura suicida, e incluso tal vez les han intentado quitar la idea de la cabeza. Sin embargo, el empeño, la cabezonería, la ilusión... lo que sea... les ha empujado a seguir adelante con su proyecto, sabiendo que el éxito no siempre está asegurado.
Por ejemplo, puedo contaros el caso de
Yolanda Rosa, a quien conocí hace 6 años cuando ambas éramos
pececitas. No, no es ninguna secta, es el nombre que adoptamos aquellos que estuvimos trabajando en
PcCity (esa cadena de tiendas de informática que recientemente cerró todos sus locales en España), empresa que abandoné unos meses antes que Yolanda. Por fortuna, nunca perdí el contacto con ésta, y poco a poco me fui enterando de que una de sus mayores ilusiones era irse a vivir a Granada, y que quería, además, abrir allí una floristería. Aunque a priori el embarcarse en un negocio tan aparentemente "común" como una floristería, con el agravante añadido de mudarse de ciudad (con el gasto que eso conlleva), pueda parecer una locura, realmente pienso que hizo muy bien en plantearse ese reto y llevarlo a cabo; primero porque significaba trabajar en lo que a ella le gusta (y ser su propia jefa), y segundo porque entiendo que en cierto modo también era una vía de escape.
Y así, Yolanda abrió en primavera su
Florería Granada, que parece funcionar muy bien (¡y que dure!) y le está reportando muchas alegrías.
 |
Y que conste que no es una floristería cualquiera |
Otro caso del que quería hablar es el de
Pablo Vergara, un chico transexual al que conocí por internet y del que estoy aprendiendo muchísimas cosas (no solo sobre el mundo trans sino también sobre el mundo en general). No puede dejar de admirarme su tesón y su lucha constante, y no solo eso sino también el que sea capaz de sacar tiempo de debajo de las piedras para trabajar en una tienda (administrada por él), estudiar una carrera, llevar un blog en el que cuenta su experiencia (podéis pinchar
aquí si queréis echarle un vistazo), hacer un programa de radio los miércoles por la noche de 23 a 1pm ("Desorden", en
La Universal Radio), ser activista,
wassapear conmigo (anda que no le doy la lata)... y por si todo esto le
robara poco tiempo, se ha enfrascado en la aventura de abrir una tienda online para chicas trans:
la.trans.tienda, en la que no solo vende productos e implantes sino que además ofrece un blog en el que poder ponerse en contacto con él en busca de consejo o desahogo.
Probablemente a él también le habrán llamado muchas veces loco por querer abarcar tantas cosas en solo las 24 horas que tiene el día, así que me parece un claro ejemplo de lucha por las propias ilusiones sin dejar por un momento de creer en unx mismx.

El difícil mundo de las artes
Cuando hoy en día parece que
cualquier persona es escritor/a, fotógrafo/a, modelo, cantante, periodista y actor/actriz, el tratar de abrirse un poco de camino en el mundo de las artes puede ser una tarea prácticamente imposible. En este caso se nos puede tachar más de soñadores que a aquellos que han abierto un negocio en plena crisis, porque el querer editar un libro cuando hay tanto famosete de palo suelto que plasma su nombre sobre una cubierta y dice que lo ha escrito él/ella, o sacar un disco cuando parece que no importa que seas bueno/a sino que seas comercial (o peor aún: ¡famoso!), o dedicarte a la fotografía en plena era iPhone-Android-Instagram-Photoshop para dummies... Bueno, ya me entendéis. El mundo de las artes está muy menospreciado, parece no importar lo que vales sino el que se te conozca previamente, o que seas alguien... ejem... escandaloso/a, que formes parte del mundo rosa y de la farándula... En resumidas cuentas, que no puedes aparecer desde la nada y pretender hacerte un nombre, porque como tú hay miles y no puede haber cabida para todos. En fin...
Muchos de estxs locxs soñadorxs que tratamos de sacar adelante un proyecto de corte artístico hemos recurrido a internet para tratar de darnos a conocer de algún modo. Lo que parecía tener un peso importante en webs como MySpace ha derivado en blogs (gratuitos o de pago) en los que poder dar rienda suelta a nuestra verborrea y tratar de vendernos lo mejor posible. Conozco a varias personas que han optado por esta vía en busca de ir haciéndose un hueco en el panorama cultural; este proyecto no requiere una inversión monetaria como si abrieras un negocio pero sin duda necesita de tesón y constancia, y por supuesto de muchísima ilusión. Ésta no puede perderse...
Creo que os he hablado alguna vez de amigos como
Sarah Degel, que intenta hacerse un hueco con su libro
Yo no debería estar aquí, o de
Lluvia Beltrán, que trata de promocionarse poco a poco con la novela
Fotografiar la lluvia y con su otro blog artístico:
Espiral de inquietudes; también están
Rubén Pozo Verdugo y su
Enclave Escarlata,
Carlos Lorrio (fotógrafo, diseñador gráfico y productor audiovisual),
Madeleine (seudónimo bajo el cual se encuentra alguien que ha publicado recientemente la novela de corte romántico
Por un hombre así me derrito),
Jose Mutante (también conocido como
Punkarma y que es compositor y autoeditor de sus propias canciones, además de diseñador gráfico)... En fin, podría enumerar a un montón de personas que está tratando de un modo u otro hacer su sueño realidad.
¿Y vosotros? ¿habéis cumplido el vuestro? Me encantaría saberlo...